AVANCE: LA CRISIS DE OSETIA EMPIEZA A REDISENAR EL EQUILIBRIO INTERNACIONAL
Enrico Labriola
Global Affairs
Número 11/octubre-noviembre 2008
Spain
Cuando la ministra georgiana de Asuntos Exteriores, Salomé
Zurabichvili, propuso un plan para que su homólogo ruso, Sergei
Lavrov, renunciara y desmantelara las dos bases militares que quedan
en territorio georgiano (Akhalkalaki y Batumi) en noviembre de 2005
(1), parecía más próxima que nunca una solución para la complicada
disputa territorial sobre las regiones georgianas separatistas. Pero
poco después de esta noticia, la valiente ministra fue depuesta de
su cargo por el primer ministro georgiano, Michail Saakashvili, y la
situación empeoró hacia la habitual historia de provocaciones diarias
entre el ejército georgiano, las fuerzas militares separatistas y
los rusos Â"pacificadoresÂ".
Mientras tanto, el ejército georgiano crece (financiado y apoyado por
los EE.UU e Israel), aumentando la fortaleza del mismo (2) y llevando a
cabo las ambiciones del líder georgiano, que son incompatibles con la
realidad del terreno. El antiguo presidente Vladimir Putin dijo muchas
veces que el desarrollo georgiano sería considerado como una amenaza
que no quedaría sin respuesta (3). Las dos regiones secesionistas de
Osetia del Sur y Abkhatia, gobernadas por líderes ambiguos muy unidos
al Kremlin, se convirtieron de facto en regiones separadas dentro de
Georgia tras el conflicto civil de 1989-1992, viéndose Georgia forzada
a aceptar el alto el fuego para prevenir un enfrentamiento mayor con
Rusia. La OCSE estableció un marco para una fuerza de paz formada
por soldados georgianos, rusos y osetios. Desde 2004, el contrabando
y las provocaciones en las regiones separatistas no tenían control
y el gobierno georgiano decidió reforzar las acciones para prevenir
que el caos se extendiera a las demás regiones (4). La presencia
económica y política rusa en las dos regiones se hizo más fuerte,
y las milicias rebeldes sin control provocaron repetidas protestas
diplomáticas llevadas a cabo por el gobierno georgiano, apoyadas
por el Sr. Solana y algunos líderes europeos. Las provocaciones y
violaciones diarias del alto el fuego fueron la consecuencia de una
batalla diplomática entre Moscú, con la doctrina de una Â"democracia
soberanaÂ" del Sr. Putin, y Tbilisi, con el proyecto de adhesión a la
OTAN del Sr. Saakashvili, de tendencia estadounidense. Ambos líderes
se enfrentaron a la crítica en las elecciones libres y justas que
les llevaron al poder (a Putin en las elecciones de 2000 y 2004,
calificadas por los EE.UU y la U.E. como no libres ni justas (6), y
a Saakashvili sólo en las elecciones de 2008, criticado por el fondo
poco democrático (7)). Es incuestionable que Saakashvili transformó
profundamente el país, cercano a la bancarrota, de Shevarnadze,
tras la Revolución de las Rosas de 2004. En los últimos tiempos,
sin embargo, la crítica a su figura ha vuelto a resurgir por su
estilo autoritario de gobernar, que le hizo perder simpatías entre
sus seguidores. Quizá, el apoyo incondicional de los Estados Unidos a
Saakashvili le dio seguridad para pensar que éste continuaría incluso
en caso de una escalada militar. Saakashvili recibió una negativa
dramática. Aunque se dice que casi mil instructores del ejército
estadounidense entrenaron y organizaron el ejército georgiano desde
2002 (8), una participación directa de los EE.UU. y la U.E. en la
crisis siempre estuvo fuera de dudas (9).
El 7 de agosto, los conflictos entre la milicia rebelde osetia
y el ejército georgiano, iniciados el 1 de agosto, empeoraron la
situación y produjeron un flujo de refugiados que abandonaban Osetia
del Sur, principalmente en dirección norte, hacia Rusia. El día 8,
el ejército georgiano entro en Tshkinvali, la autoproclamada capital
de Osetia del Sur, mientras Putin hablaba en público desde Pekín
contra la "agresión" georgiana, donde asistía a la ceremonia de
inauguración de los Juegos Olímpicos. A través del Túnel de Roki,
el 58º ejército ruso entraba en territorio soberano georgiano
y se enfrentaba a las fuerzas de este país en las cercanías
de Tshkinvali. Los rusos alcanzaron muchos objetivos militares y
civiles (incluso cerca de Tbilisi) en respuesta al fuerte bombardeo
y lanzamiento de misiles contra las posiciones de la milicia por
parte de los georgianos. El conflicto se extendió fácilmente y
la máquina propagandística empezó y continuó a ambos lados,
reivindicando miles de víctimas y una limpieza étnica masiva. Las
fuerzas militares rusas aplastaron sin mucho esfuerzo la resistencia
georgiana, inexperta ante una respuesta tan rápida y pesada.
El día 9, las fuerzas rusas, en un ataque de fuerzas combinadas,
expandieron el conflicto hacia territorio georgiano, bombardeando
desde cielo y tierra las importantes ciudades de Poti (donde la
flota georgiana fue completamente hundida) y Gori, la segunda ciudad
más grande, y la carretera principal que cruza el país. Abjasia
recuperó el control sobre la "ocupada" garganta de Kodori, y el
10, los rusos reivindicaron el control total y la restauración
del status quo, a pesar del enorme material y el coste humano:
cerca de 150 mil refugiados huyeron del país; se calcula que las
pérdidas se aproximan a mil millones de dólares (un tercio del
PNB de Georgia), y una vergonzosa urgencia humanitaria llegó al
centro de Georgia (10). La condena estadounidense de la Â"agresión
rusaÂ" fue fuerte desde el día 9, pero parece que esto no evitó la
escalada de presencia militar rusa en la región, alcanzando los 18 mil
efectivos. Saakashvili primero y luego Medvedev firmaron la propuesta
de Sarkozy para un alto el fuego de seis puntos claves los días 11 y
12, pero ambos líderes destacaron diferentes puntos de la propuesta
francesa: el primero recalcó la retirada completa de los rusos y el
respeto a la integridad territorial de Rusia, mientras que el segundo
habló sobre la importancia del inicio de un debate internacional sobre
el futuro de Osetia del Sur y Abjasia. Los movimientos del ejército
ruso continuaron, a pesar de la firma del documento, hasta el 18 de
agosto, con esporádicas violaciones y daños a las infraestructuras
georgianas (como el sistema de vías ferroviarias, el puerto de Poti
y la carretera principal a Gori). La acción de las Naciones Unidas
se vio bloqueada por el veto ruso sobre la resolución que exigía
un empleo proporcional de la fuerza y una retirada inmediata del
territorio georgiano.
Las voces sobre la orden del Kremlin de derrocar a Saakashvili no
fueron confirmadas pero aumentaron los temores sobre la estrategia
militar de Moscú. Hace unos pocos días Medvedev dijo que en su
opinión "el Sr. Saakashvili es un "cadáver político", añadiendo
que Rusia no lo reconoce como presidente. La escalada del conflicto
pasó después de la retirada parcial de Rusia (en este momento los
rusos se encuentran aún en el puerto de Poti y en la frontera con
Osetia del Sur) a una guerra diplomática con Rusia y los EE.UU. como
actores principales. Tbilisi aprobó la resolución para salir del CIS
(pero el procedimiento tarda 12 meses), y exigió un mayor apoyo de
Occidente. Yushschenko, el presidente ucraniano, planteó algunas
restricciones sobre el uso de la base naval rusa en Sebastopol,
y Rusia suspendió la cooperación militar con la OTAN.
El New York Times informó, citando fuentes anónimas de la
inteligencia estadounidense, que había misiles instalados en Osetia
del Sur y dirigidos contra Tbilisi, y la secretaria de Estado de los
EE.UU., Condoleezza Rice, dijo que la retirada no estaba siendo ni
rápida ni total. Como respuesta a la amenaza rusa, Polonia emuló
a la República Checa en la aprobación de las nuevas instalaciones
estadounidenses en su territorio, una medida controvertida vista
como una provocación por parte del Kremlin. Tras la petición del
reconocimiento de independencia activada por los parlamentarios
de Osetia del Sur y Abjasia a Medvedev y el Parlamento ruso, Rusia
realizó la gestión formal el 26 de agosto, rompiendo uno de los
puntos del alto el fuego "para prevenir los ataques del ejército
georgiano y nuevos genocidios de población rusa en Osetia del Sur y
Abjasia". Aunque ningún otro miembro de las Naciones Unidas siguió
a Rusia y no se reconoció a las dos entidades. El reconocimiento
significó también la cooperación militar total con las nuevas
entidades. Este movimiento está muy cerca de una anexión, desde que
las dos repúblicas de facto declararon su voluntad de ser incorporadas
a la federación rusa en varios referendos (sin reconocimiento
internacional). En el Mar Negro, el bloqueo total del puerto de Poti
por las fuerzas rusas condujo a una tensión sin precedentes con un
escuadrón de la flota estadounidense, más tarde atracado en Batumi
y que traía ayuda humanitaria oficial para la población georgiana,
pero acusados de esconder ayuda militar para los georgianos. Los
últimos días conocieron un escenario de Guerra Fría, con amenazas
(las pruebas milisísticas en Rusia y las sanciones propuestas por
Kouchener, el ministro de Asuntos Exteriores francés, que no fueron
aprobadas por la Unión Europea) y movimientos cautelosos hacia una
resolución del problema (11), (12).
Lo que comenzó como unos enfrentamientos en una remota región
separatista se está convirtiendo día a día en una amenaza para el
orden internacional y para el frágil equilibrio del Cáucaso. Aun
más, los asuntos georgianos podrían provocar una escalada que ponga
en riesgo los fundamentos de la situación actual en casi todas las
cuestiones internacionales que hay sobre la mesa. Seguramente,
y declarado por los EE.UU., la U.E. y Rusia, las relaciones
internacionales no serán las mismas, se ha roto el equilibrio,
que necesita ser restaurado lo más pronto posible. El apoyo de los
Estados Unidos a la independencia de Kosovo (llegó en febrero de
2008 y ha sido reconocido por 48 estados hasta ahora) acrecentó
las cuestiones sobre el derecho internacional al convertirse en
un país independiente. Además, el movimiento fue arriesgado por
varias razones: 1) el plan Ahtisaari de las Naciones Unidas no iba
en esa dirección, proponiendo la cuasi-independencia dentro de la
Federación con Serbia; 2) el reconocimiento podría sentar precedente
para las reivindicaciones de otras regiones secesionistas, razón por
la cual algunos países actuaron de manera diferente de sus aliados
históricos (por ejemplo España no reconoció a Kosovo debido a
los efectos internos que podría tener una declaración unilateral
(13), y Armenia "dio la bienvenida a la independencia de Kosovo",
de manera diferente a su aliado histórico Rusia, debido al asunto
similar sobre el reconocimiento de Karabagh (14)); 3) la independencia
se alcanzó unilateralmente (Serbia aún reclama Kosovo como parte
de su territorio) y gracias a la presencia de una misión militar de
paz extranjera en la región que siguió a la intervención militar
(en 1998). Claramente no podemos separar la situación de Kosovo con
los problemas de Georgia porque el debate internacional sobre Kosovo
fue muy diferente a la crisis georgiana, y el fondo histórico era muy
divergente (Europa tiene un papel completamente distinto); podemos
decir que Kosovo dejó a Rusia con una discordia diplomática pero
con un Â"créditoÂ" para gastar en el ruedo político internacional.
El Cáucaso parecía para muchos observadores políticos la
"compensación" lógica, y el malestar de Saakashvili sobre la
región separatista facilitó los movimientos de Rusia. Con un uso
incontestable y desproporcionado de la fuerza militar, Rusia retomó
su papel de potencia hegemónica en su zona de influencia. Putin dijo
muchas veces que la interferencia extranjera en el interés de Rusia
sería considerado como un acto hostil (15), y sería contestado con
una respuesta adecuada. Con este paso, Rusia decidió sacrificar la
cooperación internacional con los actores principales (EE.UU. y la
U.E.) y propuso su nuevo papel donde utiliza el factor energético
para forzar a la Unión Europea a no actuar y dar alternativas
creíbles de elección en vez de los viejos roles del Reino Unido,
los Estados Unidos en el Cáucaso y la emergente potencia china. Las
grandes reservas monetarias extranjeras y el enorme superávit externo
de Rusia (16) conducen a un protagonismo renovado en las antiguas
repúblicas de la URSS, presentado como el "Gran Juego" moderno (o
"torneo de sombras" para los rusos). Rusia cuenta ahora con una gran
ventaja política y geoestratégica, con el escenario del Cáucaso
radicalmente cambiado a su favor, y los actores principales a la
defensiva. Además, en el mapa geoestratégico, Rusia puede hacer
mucho más para cambiar el equilibrio internacional. La franja de
Transdnistria, una pequeña república independiente de facto al
este de Moldavia, tiene una situación análoga a la de las regiones
separatistas de Georgia. La región entre el Dniéster y Ucrania
está gobernada por un presidente autocrático, Igor Smirnov, y se
dice que es el centro del contrabando y tráfico ilegales (17). El
Ejército Rojo está presente en su territorio con un contingente
de 1.200 efectivos (18), y la población votó un falso referéndum
la "libre asociación" (queriendo decir anexión) con Rusia, aún
cuando esto es casi imposible echando simplemente una ojeada al
mapa. Finalmente, un importante conducto y una carretera principal
que pasan por Transdnistria le dan al régimen marioneta dirigido por
Moscú el poder para influir en el suministro energético moldavo y
en el desarrollo de toda la región (19).
En este caso podríamos encontrarnos de nuevo con un casus belli cuando
Moldavia intentara retomar el control de la región separatista,
dado que el Kremlin ha entregado pasaporte ruso a la población de
Transdnistria, y podría intervenir para proteger la seguridad de los
"ciudadanos rusos", al igual que Moscú hizo en Georgia (20). El hecho
es que el problema de soberanía sobre las regiones separatistas
debe solucionarse y decidirse sobre las negociaciones, porque con
un movimiento de manu militari, la única ley aceptada es la de la
propaganda y la fuerza militar, mucho más costosa en términos de
pérdidas humanas y materiales. Sobre esto, Saakashvili no está exento
de críticas: parece que no se considera responsable de las pérdidas
de un paso militar arriesgado, dejando ahora una gran parte del país
devastado y sin la oportunidad de retomar pacíficamente el control
sobre las dos regiones en un futuro próximo. A pesar de la falta de
responsabilidad manifestada, Saakashvili es ahora más popular que
nunca en Georgia. Rusia tiene docenas de países con minorías rusas
(debido a la diáspora motivada por la desaparición de la URSS),
y por ejemplo Ucrania (17%), Letonia (28%), Estonia (26%) tienen
grandes minorías rusas, a menudo no muy integradas. Las tropas rusas
se encuentran desplegadas en Asia Central oficialmente para el control
fronterizo (21). Más todavía, se han propagado grandes asuntos
fronterizos y étnicos por casi todo el antiguo mundo soviético,
y Rusia mantiene bien sujetas las relaciones exteriores de muchos
de los países que eran satélites, como por ejemplo en la región
del Turkestán.
La crisis georgiana pone de relieve 4 cuestiones principales a las
que hay que hacer frente: 1) la insuficiencia de las instituciones
internacionales existentes (N.U., el G-8, OTAN, etc.); 2) la
inexistencia de una línea política común dentro de la U.E. y
por parte de la U.E. y los EE.UU. hacia Rusia; 3) la fragilidad
del equilibrio de la pasada Guerra Fría y los altos riesgos de
un escenario multipolar sin control; 4) la gran importancia de la
cuestión energética para Europa y en el ruedo internacional.
En el ámbito diplomático, Rusia lanzó un mensaje geopolítico
global, también de interés para las cancillerías europeas: una
independencia total y una política exterior que no se mantenga en
línea con los intereses de Rusia no será tolerada, especialmente
en la región del CIS. La opción de una intervención está siempre
sobre la mesa, y Rusia no dudará en usarla. Ahora la solicitud de
ingreso en la OTAN será mucho más problemática para los países
de la antigua URSS, y eso será seguramente un paso arriesgado para
los gobiernos de los países. Además, el comportamiento de espera
por parte de los EE.UU. y Europa sobre la adhesión de Ucrania y
Georgia dejó la puerta abierta a la intervención rusa, y destacó
los diferentes planes sobre el papel de la OTAN. Por ejemplo, Europa
está ahora dividida en tres bloques, con diferentes respuestas a
la cuestión georgiana. Berlusconi, el presidente italiano y buen
amigo de Putin, fue el principal patrocinador de este comportamiento
de espera y ahora es el actor principal de la facción moderada
de Europa, promocionando una conferencia de Â"reconciliaciónÂ&quo t; en
Roma. Al otro lado de la Europa occidental, están Francia y el R.U.,
con una fuerte posición contra la agresión rusa y un energético
esfuerzo diplomático para detener los movimientos de Rusia (22). La
Europa del Este está aún más del lado de Georgia contra Rusia:
las dificultades causadas por un nuevo protagonismo ruso supondrá
una carga muy pesada para las repúblicas bálticas, Polonia y todos
los países de la Europa oriental (23).
Los Estados Unidos, con los conocidos problemas de Irak, Afganistán e
Irán, no quiere un nuevo frente que necesite esfuerzos diplomáticos
e incluso militares. No está fragmentado como la Unión Europea
(tanto Obama como McCain están en contra de la intervención rusa),
y tiene muchas menos relaciones económicas con Rusia (por ejemplo,
Alemania es el primer socio de Rusia con un comercio de 53 mil millones
al año y el proyecto común del conducto del Báltico (24)). Carecen
de proyecto político y de ideas para un nuevo equilibrio internacional
(Bush fracasó sobre el proyecto del "Nuevo Siglo Estadounidense"
y el del "Gran Oriente Medio") y la desatención del creciente
poderío ruso (los Estados Unidos tuvo mucho más cuidado con China)
hizo la situación muy ambigua. Ahora, el 44º presidente se verá
muy pronto desafiado por el protagonismo ruso, especialmente en el
ámbito militar. La vieja doctrina de ayuda militar, la limitada
implicación directa y el apoyo ciego para un gobierno cordial en
los países aliados necesitan ser revisados sin la menor duda.
Podría trazarse un nuevo curso para una política exterior
responsable, sin estar basado solamente en el compromiso militar, sino
en el reparto de responsabilidad mutua en el orden internacional,
y en la promoción de los valores norteamericanos de un modo
positivo. Lo contrario podría ser una retirada no responsable de
los EE.UU. de los escenarios prescindibles y un nuevo aislacionismo,
con una U.E. inexperta para continuar el esfuerzo sin una política
exterior común. Los asuntos que podrían aflorar en los próximos
meses son muchos y con diferentes salidas posibles, pero las
cuestiones centrales son las mismas: ¿cómo tratar la creciente
doctrina de la Â"democracia soberanaÂ" de la pareja Putin-Medvedev?,
¿cuáles serán las consecuencias de una respuesta inapropiada?,
¿cuáles serán los factores claves para conseguir establecer un
equilibrio internacional pacífico y mutuo aceptable? los riesgos
de una inestabilidad perdurable amenazan las elecciones previstas en
Ucrania en 2009 (25). El nuevo escudo antimisiles que los EE.UU. planea
construir en Europa podría inaugurar una nueva carrera armamentística
que podría no sólo involucrar a los Estados Unidos y Rusia, sino
también a China y a las nuevas potencias regionales como Irán y
Arabia Saudí (26). La proliferación nuclear en los tensos tiempos
venideros podría no ser considerada como una remota opción sino como
un pronóstico real, o, para alguien, una concreta decisión que debe
tomarse. Mientras tanto, el Cáucaso continúa siendo un polvorín,
y los dosieres de Irán y Siria se quedan en la mesa. Los riesgos de
un aplacamiento que podría llevar a una escalada rusa son más reales
de lo que algunos observadores pueden admitir públicamente. Tras la
inclusión de los países europeos del antiguo Pacto de Varsovia en
la OTAN, vemos ahora conflictos en los nuevos márgenes de la Alianza
Atlántica: el Cáucaso, los Balcanes y Ucrania. Las analogías con el
Sudety/Anschuluss checo son desconcertantes, y los argumentos son los
mismos: el derecho ruso a proteger a sus ciudadanos en Osetia del Sur
(en Serbia a sus correligionarios) que Hitler usó en 1938. No importa
si los surosetios ahora son rusos sólo por haber recibido pasaportes
rusos tras una decisión del Kremlin (27). El hecho es que el 21 de
agosto, cuando Rusia puso fin a la cooperación militar con la OTAN,
los checos estaban conmemorando el 40 aniversario de la invasión rusa
que terminó con la "Primavera de Praga", haciendo la coincidencia
más preocupante. Si no hay reacciones concretas ni apoyo concreto
internacional a la integridad de Georgia, el gobierno ruso podría
pensar que pueden repetir el exitoso plan en otros escenarios, una
y otra vez, hasta que el equilibrio cambie para siempre. Y el error
de aplacamiento es un riesgo que el mundo no puede mantener en esta
era nuclear.
El último y más desafiante asunto es sobre la economía de la
energía. Rusia está intentando usar el suministro energético a
Europa como un arma para forzar una suave reacción y controlar la
economía europea por medio del reparto de gas y petróleo. Esta
es también la consecuencia de la inactividad de la U.E. sobre una
política común de energía, siendo incluso más urgente con la
subida de los precios del petróleo. El único conducto que podría
interferir en el monopolio ruso sobre el petróleo y gas europeos
es el conducto Baku-Tbilisi-Ceyhan (BTC. Con el pequeño Baku-Supsa
uniendo la capital azerbaiyana con el puerto georgiano de Supsa),
con sus 3,9 mil millones de inversión de dólares y una capacidad
diaria de mil millones de barriles (28). Estos conductos claves pasan
por Georgia, y ambos necesitan un medio internacional que motive la
alta inversión realizada: en primer lugar una Georgia libre de ser
una marioneta del régimen ruso o la amenaza de una intervención
rusa desde una Osetia del Sur gobernada por Rusia. La permanencia
de tropas rusas cerca de Gori, o en la frontera con Osetia del Sur,
o en el puerto de Poti, es un jaque mate para el proyecto BTC de un
suministro de energía pasando por Rusia. Aún más, un control ruso
del conducto BTC podría evitar otras inversiones en infraestructuras
energéticas (por ejemplo, en Asia Central), debido al elevado riesgo
político. La cuestión georgiana es importante incluso para el control
del comercio en el Mar Negro y la presencia militar. La Convención de
Montreux de 1936 que dirige la presencia de la flota extranjera en el
Mar Negro (limitando el acceso, las toneladas e imponiendo aviso para
entrar en el Mar Negro por los países que no lo bordean) debe ser
revisada de acuerdo con las necesidades del nuevo equilibrio mundial
(29). Los Estados Unidos luchan por una libertad total de movimiento,
pero Turquía no está de acuerdo (el Bósforo no aguanta tráfico
naval infinito, y Turquía está intentando ser una potencia regional
convincente y autónoma) (30). De esta manera, el equilibrio político
internacional debe disponerse de nuevo en dirección a la realidad,
considerando los principales factores económicos y geoestratégicos,
pero teniendo en mente un nuevo programa político para configurar
el futuro. La cuestión georgiana podría ser un triste y breve
paréntesis en el paso de la Historia, o un momento dramático y
crucial para los años que están por llegar. Las decisiones tomadas
hoy influirán el nuevo equilibrio más de lo que podíamos esperar
cuando se disparó la primera bala en Osetia del Sur.
Enrico Labriola Master in Economics and Social Sciences at L.Bocconi
University, Italy - Student Projected Intern at UNDP-Azerbaijan.
Referencias:
(1) Corriere della Sera's interview, available at
http://tinyurl.com/69ywka (2) Vicken Cheterian, on Le Monde
Diplomatique, at: http://tinyurl.com/6eruoy (3) Evening Standard
article, at: http://tinyurl.com/65pd4p (4) ReliefWeb report
on pre-war developments, at: http://tinyurl.com/58jebl (5)
NYT on S. Ossetia smugglings, at: http://tinyurl.com/5g9m5l (6)
The Indipendent on 'free and fairness' elections in Russia, at:
http://tinyurl.com/5u3j5g (7) Eurasia.net comment on Saakashvili
election, at: http://tinyurl.com/63zskd and The Independent article
just after the elections, at: http://tinyurl.com/5fgmkx (8) BBC news
report, available at http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/1996833.stm
(9) The Australian news report, at: http://tinyurl.com/6kbvku (10)
The IHT on losses, at: http://tinyurl.com/5hj2bo (11) BBC news report,
available at http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/europe/7551576.st m
(12) Peacereporter direct news stream, available at
http://tinyurl.com/5ez9xw (13) The Guardian on Spain position,
at: http://tinyurl.com/6gopcr (14) Panarmenian news report,
available at http://www.panarmenian.net/news/eng/?nid=25331
(15 ) Carnegie center report on Russian foreign policy, at:
http://tinyurl.com/5ouyg2 and Jeffrey Mankoff (Yale Univ.) paper, at:
http://www.yale.edu/macmillan/iac/security_pap ers/mankoff.pdf (16)
CIA World Factbook on Russia economy, at: http://tinyurl.com/5hpq8t
(17) Alessandro Vitale ISPI Policy Brief on Transnistria,
at: http://tinyurl.com/5aj8r9 (18) Radio Free Europe on
Transdnistrian situation, at: http://tinyurl.com/5vrfxw
(19) Countrystudies.us on Moldova energy supply, at:
http://countrystudies.us/moldova/28.htm (20) Dmitri Trenin (CER)
report,at: http://www.cer.org.uk/pdf/essay_russia_trenin_sept 05.pdf
(p.5) (21) RUVR news report on SCO decisions, available at:
http://tinyurl.com/6bmveq and Eurasia.net report on Central Asia, at:
http://tinyurl.com/6x9raq (22) Telegraph on proposed EU sanctions, at:
http://tinyurl.com/5bhdjd (23) Reuters on Eastern EU countries support,
at: http://tinyurl.com/6q3zz7 and the Financial on recent call for more
support, at: http://tinyurl.com/6arapw (24) Ria-Novosti news report,
available at http://en.rian.ru/russia/20080306/100845466.html (25)
KievUkraine blog entry, available at http://tinyurl.com/63242t (26)
Pravda on the new R500 Russian missile, at: http://tinyurl.com/6gx5tm
and Russia Today on Syria hosting Russian missile bases, at:
http://www.russiatoday.com/news/news/29318 (27) Huffingtonpost
Brzezinski interview on appeasement, at: http://tinyurl.com/5a77re
Today.az speaks about the Russian easy-passport question, at:
http://tinyurl.com/5ogs4y (28) hydrocarbons-technology.com, on
BTC pipeline, at: http://tinyurl.com/6z3ups (29) PINR report on
U.S. interests on Black Sea, available at http://tinyurl.com/5ghugq
(30) Today's Zaman on Black sea troubles between USA and Turkey,
at: http://tinyurl.com/6or948
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Enrico Labriola
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Número 11/octubre-noviembre 2008
Spain
Cuando la ministra georgiana de Asuntos Exteriores, Salomé
Zurabichvili, propuso un plan para que su homólogo ruso, Sergei
Lavrov, renunciara y desmantelara las dos bases militares que quedan
en territorio georgiano (Akhalkalaki y Batumi) en noviembre de 2005
(1), parecía más próxima que nunca una solución para la complicada
disputa territorial sobre las regiones georgianas separatistas. Pero
poco después de esta noticia, la valiente ministra fue depuesta de
su cargo por el primer ministro georgiano, Michail Saakashvili, y la
situación empeoró hacia la habitual historia de provocaciones diarias
entre el ejército georgiano, las fuerzas militares separatistas y
los rusos Â"pacificadoresÂ".
Mientras tanto, el ejército georgiano crece (financiado y apoyado por
los EE.UU e Israel), aumentando la fortaleza del mismo (2) y llevando a
cabo las ambiciones del líder georgiano, que son incompatibles con la
realidad del terreno. El antiguo presidente Vladimir Putin dijo muchas
veces que el desarrollo georgiano sería considerado como una amenaza
que no quedaría sin respuesta (3). Las dos regiones secesionistas de
Osetia del Sur y Abkhatia, gobernadas por líderes ambiguos muy unidos
al Kremlin, se convirtieron de facto en regiones separadas dentro de
Georgia tras el conflicto civil de 1989-1992, viéndose Georgia forzada
a aceptar el alto el fuego para prevenir un enfrentamiento mayor con
Rusia. La OCSE estableció un marco para una fuerza de paz formada
por soldados georgianos, rusos y osetios. Desde 2004, el contrabando
y las provocaciones en las regiones separatistas no tenían control
y el gobierno georgiano decidió reforzar las acciones para prevenir
que el caos se extendiera a las demás regiones (4). La presencia
económica y política rusa en las dos regiones se hizo más fuerte,
y las milicias rebeldes sin control provocaron repetidas protestas
diplomáticas llevadas a cabo por el gobierno georgiano, apoyadas
por el Sr. Solana y algunos líderes europeos. Las provocaciones y
violaciones diarias del alto el fuego fueron la consecuencia de una
batalla diplomática entre Moscú, con la doctrina de una Â"democracia
soberanaÂ" del Sr. Putin, y Tbilisi, con el proyecto de adhesión a la
OTAN del Sr. Saakashvili, de tendencia estadounidense. Ambos líderes
se enfrentaron a la crítica en las elecciones libres y justas que
les llevaron al poder (a Putin en las elecciones de 2000 y 2004,
calificadas por los EE.UU y la U.E. como no libres ni justas (6), y
a Saakashvili sólo en las elecciones de 2008, criticado por el fondo
poco democrático (7)). Es incuestionable que Saakashvili transformó
profundamente el país, cercano a la bancarrota, de Shevarnadze,
tras la Revolución de las Rosas de 2004. En los últimos tiempos,
sin embargo, la crítica a su figura ha vuelto a resurgir por su
estilo autoritario de gobernar, que le hizo perder simpatías entre
sus seguidores. Quizá, el apoyo incondicional de los Estados Unidos a
Saakashvili le dio seguridad para pensar que éste continuaría incluso
en caso de una escalada militar. Saakashvili recibió una negativa
dramática. Aunque se dice que casi mil instructores del ejército
estadounidense entrenaron y organizaron el ejército georgiano desde
2002 (8), una participación directa de los EE.UU. y la U.E. en la
crisis siempre estuvo fuera de dudas (9).
El 7 de agosto, los conflictos entre la milicia rebelde osetia
y el ejército georgiano, iniciados el 1 de agosto, empeoraron la
situación y produjeron un flujo de refugiados que abandonaban Osetia
del Sur, principalmente en dirección norte, hacia Rusia. El día 8,
el ejército georgiano entro en Tshkinvali, la autoproclamada capital
de Osetia del Sur, mientras Putin hablaba en público desde Pekín
contra la "agresión" georgiana, donde asistía a la ceremonia de
inauguración de los Juegos Olímpicos. A través del Túnel de Roki,
el 58º ejército ruso entraba en territorio soberano georgiano
y se enfrentaba a las fuerzas de este país en las cercanías
de Tshkinvali. Los rusos alcanzaron muchos objetivos militares y
civiles (incluso cerca de Tbilisi) en respuesta al fuerte bombardeo
y lanzamiento de misiles contra las posiciones de la milicia por
parte de los georgianos. El conflicto se extendió fácilmente y
la máquina propagandística empezó y continuó a ambos lados,
reivindicando miles de víctimas y una limpieza étnica masiva. Las
fuerzas militares rusas aplastaron sin mucho esfuerzo la resistencia
georgiana, inexperta ante una respuesta tan rápida y pesada.
El día 9, las fuerzas rusas, en un ataque de fuerzas combinadas,
expandieron el conflicto hacia territorio georgiano, bombardeando
desde cielo y tierra las importantes ciudades de Poti (donde la
flota georgiana fue completamente hundida) y Gori, la segunda ciudad
más grande, y la carretera principal que cruza el país. Abjasia
recuperó el control sobre la "ocupada" garganta de Kodori, y el
10, los rusos reivindicaron el control total y la restauración
del status quo, a pesar del enorme material y el coste humano:
cerca de 150 mil refugiados huyeron del país; se calcula que las
pérdidas se aproximan a mil millones de dólares (un tercio del
PNB de Georgia), y una vergonzosa urgencia humanitaria llegó al
centro de Georgia (10). La condena estadounidense de la Â"agresión
rusaÂ" fue fuerte desde el día 9, pero parece que esto no evitó la
escalada de presencia militar rusa en la región, alcanzando los 18 mil
efectivos. Saakashvili primero y luego Medvedev firmaron la propuesta
de Sarkozy para un alto el fuego de seis puntos claves los días 11 y
12, pero ambos líderes destacaron diferentes puntos de la propuesta
francesa: el primero recalcó la retirada completa de los rusos y el
respeto a la integridad territorial de Rusia, mientras que el segundo
habló sobre la importancia del inicio de un debate internacional sobre
el futuro de Osetia del Sur y Abjasia. Los movimientos del ejército
ruso continuaron, a pesar de la firma del documento, hasta el 18 de
agosto, con esporádicas violaciones y daños a las infraestructuras
georgianas (como el sistema de vías ferroviarias, el puerto de Poti
y la carretera principal a Gori). La acción de las Naciones Unidas
se vio bloqueada por el veto ruso sobre la resolución que exigía
un empleo proporcional de la fuerza y una retirada inmediata del
territorio georgiano.
Las voces sobre la orden del Kremlin de derrocar a Saakashvili no
fueron confirmadas pero aumentaron los temores sobre la estrategia
militar de Moscú. Hace unos pocos días Medvedev dijo que en su
opinión "el Sr. Saakashvili es un "cadáver político", añadiendo
que Rusia no lo reconoce como presidente. La escalada del conflicto
pasó después de la retirada parcial de Rusia (en este momento los
rusos se encuentran aún en el puerto de Poti y en la frontera con
Osetia del Sur) a una guerra diplomática con Rusia y los EE.UU. como
actores principales. Tbilisi aprobó la resolución para salir del CIS
(pero el procedimiento tarda 12 meses), y exigió un mayor apoyo de
Occidente. Yushschenko, el presidente ucraniano, planteó algunas
restricciones sobre el uso de la base naval rusa en Sebastopol,
y Rusia suspendió la cooperación militar con la OTAN.
El New York Times informó, citando fuentes anónimas de la
inteligencia estadounidense, que había misiles instalados en Osetia
del Sur y dirigidos contra Tbilisi, y la secretaria de Estado de los
EE.UU., Condoleezza Rice, dijo que la retirada no estaba siendo ni
rápida ni total. Como respuesta a la amenaza rusa, Polonia emuló
a la República Checa en la aprobación de las nuevas instalaciones
estadounidenses en su territorio, una medida controvertida vista
como una provocación por parte del Kremlin. Tras la petición del
reconocimiento de independencia activada por los parlamentarios
de Osetia del Sur y Abjasia a Medvedev y el Parlamento ruso, Rusia
realizó la gestión formal el 26 de agosto, rompiendo uno de los
puntos del alto el fuego "para prevenir los ataques del ejército
georgiano y nuevos genocidios de población rusa en Osetia del Sur y
Abjasia". Aunque ningún otro miembro de las Naciones Unidas siguió
a Rusia y no se reconoció a las dos entidades. El reconocimiento
significó también la cooperación militar total con las nuevas
entidades. Este movimiento está muy cerca de una anexión, desde que
las dos repúblicas de facto declararon su voluntad de ser incorporadas
a la federación rusa en varios referendos (sin reconocimiento
internacional). En el Mar Negro, el bloqueo total del puerto de Poti
por las fuerzas rusas condujo a una tensión sin precedentes con un
escuadrón de la flota estadounidense, más tarde atracado en Batumi
y que traía ayuda humanitaria oficial para la población georgiana,
pero acusados de esconder ayuda militar para los georgianos. Los
últimos días conocieron un escenario de Guerra Fría, con amenazas
(las pruebas milisísticas en Rusia y las sanciones propuestas por
Kouchener, el ministro de Asuntos Exteriores francés, que no fueron
aprobadas por la Unión Europea) y movimientos cautelosos hacia una
resolución del problema (11), (12).
Lo que comenzó como unos enfrentamientos en una remota región
separatista se está convirtiendo día a día en una amenaza para el
orden internacional y para el frágil equilibrio del Cáucaso. Aun
más, los asuntos georgianos podrían provocar una escalada que ponga
en riesgo los fundamentos de la situación actual en casi todas las
cuestiones internacionales que hay sobre la mesa. Seguramente,
y declarado por los EE.UU., la U.E. y Rusia, las relaciones
internacionales no serán las mismas, se ha roto el equilibrio,
que necesita ser restaurado lo más pronto posible. El apoyo de los
Estados Unidos a la independencia de Kosovo (llegó en febrero de
2008 y ha sido reconocido por 48 estados hasta ahora) acrecentó
las cuestiones sobre el derecho internacional al convertirse en
un país independiente. Además, el movimiento fue arriesgado por
varias razones: 1) el plan Ahtisaari de las Naciones Unidas no iba
en esa dirección, proponiendo la cuasi-independencia dentro de la
Federación con Serbia; 2) el reconocimiento podría sentar precedente
para las reivindicaciones de otras regiones secesionistas, razón por
la cual algunos países actuaron de manera diferente de sus aliados
históricos (por ejemplo España no reconoció a Kosovo debido a
los efectos internos que podría tener una declaración unilateral
(13), y Armenia "dio la bienvenida a la independencia de Kosovo",
de manera diferente a su aliado histórico Rusia, debido al asunto
similar sobre el reconocimiento de Karabagh (14)); 3) la independencia
se alcanzó unilateralmente (Serbia aún reclama Kosovo como parte
de su territorio) y gracias a la presencia de una misión militar de
paz extranjera en la región que siguió a la intervención militar
(en 1998). Claramente no podemos separar la situación de Kosovo con
los problemas de Georgia porque el debate internacional sobre Kosovo
fue muy diferente a la crisis georgiana, y el fondo histórico era muy
divergente (Europa tiene un papel completamente distinto); podemos
decir que Kosovo dejó a Rusia con una discordia diplomática pero
con un Â"créditoÂ" para gastar en el ruedo político internacional.
El Cáucaso parecía para muchos observadores políticos la
"compensación" lógica, y el malestar de Saakashvili sobre la
región separatista facilitó los movimientos de Rusia. Con un uso
incontestable y desproporcionado de la fuerza militar, Rusia retomó
su papel de potencia hegemónica en su zona de influencia. Putin dijo
muchas veces que la interferencia extranjera en el interés de Rusia
sería considerado como un acto hostil (15), y sería contestado con
una respuesta adecuada. Con este paso, Rusia decidió sacrificar la
cooperación internacional con los actores principales (EE.UU. y la
U.E.) y propuso su nuevo papel donde utiliza el factor energético
para forzar a la Unión Europea a no actuar y dar alternativas
creíbles de elección en vez de los viejos roles del Reino Unido,
los Estados Unidos en el Cáucaso y la emergente potencia china. Las
grandes reservas monetarias extranjeras y el enorme superávit externo
de Rusia (16) conducen a un protagonismo renovado en las antiguas
repúblicas de la URSS, presentado como el "Gran Juego" moderno (o
"torneo de sombras" para los rusos). Rusia cuenta ahora con una gran
ventaja política y geoestratégica, con el escenario del Cáucaso
radicalmente cambiado a su favor, y los actores principales a la
defensiva. Además, en el mapa geoestratégico, Rusia puede hacer
mucho más para cambiar el equilibrio internacional. La franja de
Transdnistria, una pequeña república independiente de facto al
este de Moldavia, tiene una situación análoga a la de las regiones
separatistas de Georgia. La región entre el Dniéster y Ucrania
está gobernada por un presidente autocrático, Igor Smirnov, y se
dice que es el centro del contrabando y tráfico ilegales (17). El
Ejército Rojo está presente en su territorio con un contingente
de 1.200 efectivos (18), y la población votó un falso referéndum
la "libre asociación" (queriendo decir anexión) con Rusia, aún
cuando esto es casi imposible echando simplemente una ojeada al
mapa. Finalmente, un importante conducto y una carretera principal
que pasan por Transdnistria le dan al régimen marioneta dirigido por
Moscú el poder para influir en el suministro energético moldavo y
en el desarrollo de toda la región (19).
En este caso podríamos encontrarnos de nuevo con un casus belli cuando
Moldavia intentara retomar el control de la región separatista,
dado que el Kremlin ha entregado pasaporte ruso a la población de
Transdnistria, y podría intervenir para proteger la seguridad de los
"ciudadanos rusos", al igual que Moscú hizo en Georgia (20). El hecho
es que el problema de soberanía sobre las regiones separatistas
debe solucionarse y decidirse sobre las negociaciones, porque con
un movimiento de manu militari, la única ley aceptada es la de la
propaganda y la fuerza militar, mucho más costosa en términos de
pérdidas humanas y materiales. Sobre esto, Saakashvili no está exento
de críticas: parece que no se considera responsable de las pérdidas
de un paso militar arriesgado, dejando ahora una gran parte del país
devastado y sin la oportunidad de retomar pacíficamente el control
sobre las dos regiones en un futuro próximo. A pesar de la falta de
responsabilidad manifestada, Saakashvili es ahora más popular que
nunca en Georgia. Rusia tiene docenas de países con minorías rusas
(debido a la diáspora motivada por la desaparición de la URSS),
y por ejemplo Ucrania (17%), Letonia (28%), Estonia (26%) tienen
grandes minorías rusas, a menudo no muy integradas. Las tropas rusas
se encuentran desplegadas en Asia Central oficialmente para el control
fronterizo (21). Más todavía, se han propagado grandes asuntos
fronterizos y étnicos por casi todo el antiguo mundo soviético,
y Rusia mantiene bien sujetas las relaciones exteriores de muchos
de los países que eran satélites, como por ejemplo en la región
del Turkestán.
La crisis georgiana pone de relieve 4 cuestiones principales a las
que hay que hacer frente: 1) la insuficiencia de las instituciones
internacionales existentes (N.U., el G-8, OTAN, etc.); 2) la
inexistencia de una línea política común dentro de la U.E. y
por parte de la U.E. y los EE.UU. hacia Rusia; 3) la fragilidad
del equilibrio de la pasada Guerra Fría y los altos riesgos de
un escenario multipolar sin control; 4) la gran importancia de la
cuestión energética para Europa y en el ruedo internacional.
En el ámbito diplomático, Rusia lanzó un mensaje geopolítico
global, también de interés para las cancillerías europeas: una
independencia total y una política exterior que no se mantenga en
línea con los intereses de Rusia no será tolerada, especialmente
en la región del CIS. La opción de una intervención está siempre
sobre la mesa, y Rusia no dudará en usarla. Ahora la solicitud de
ingreso en la OTAN será mucho más problemática para los países
de la antigua URSS, y eso será seguramente un paso arriesgado para
los gobiernos de los países. Además, el comportamiento de espera
por parte de los EE.UU. y Europa sobre la adhesión de Ucrania y
Georgia dejó la puerta abierta a la intervención rusa, y destacó
los diferentes planes sobre el papel de la OTAN. Por ejemplo, Europa
está ahora dividida en tres bloques, con diferentes respuestas a
la cuestión georgiana. Berlusconi, el presidente italiano y buen
amigo de Putin, fue el principal patrocinador de este comportamiento
de espera y ahora es el actor principal de la facción moderada
de Europa, promocionando una conferencia de Â"reconciliaciónÂ&quo t; en
Roma. Al otro lado de la Europa occidental, están Francia y el R.U.,
con una fuerte posición contra la agresión rusa y un energético
esfuerzo diplomático para detener los movimientos de Rusia (22). La
Europa del Este está aún más del lado de Georgia contra Rusia:
las dificultades causadas por un nuevo protagonismo ruso supondrá
una carga muy pesada para las repúblicas bálticas, Polonia y todos
los países de la Europa oriental (23).
Los Estados Unidos, con los conocidos problemas de Irak, Afganistán e
Irán, no quiere un nuevo frente que necesite esfuerzos diplomáticos
e incluso militares. No está fragmentado como la Unión Europea
(tanto Obama como McCain están en contra de la intervención rusa),
y tiene muchas menos relaciones económicas con Rusia (por ejemplo,
Alemania es el primer socio de Rusia con un comercio de 53 mil millones
al año y el proyecto común del conducto del Báltico (24)). Carecen
de proyecto político y de ideas para un nuevo equilibrio internacional
(Bush fracasó sobre el proyecto del "Nuevo Siglo Estadounidense"
y el del "Gran Oriente Medio") y la desatención del creciente
poderío ruso (los Estados Unidos tuvo mucho más cuidado con China)
hizo la situación muy ambigua. Ahora, el 44º presidente se verá
muy pronto desafiado por el protagonismo ruso, especialmente en el
ámbito militar. La vieja doctrina de ayuda militar, la limitada
implicación directa y el apoyo ciego para un gobierno cordial en
los países aliados necesitan ser revisados sin la menor duda.
Podría trazarse un nuevo curso para una política exterior
responsable, sin estar basado solamente en el compromiso militar, sino
en el reparto de responsabilidad mutua en el orden internacional,
y en la promoción de los valores norteamericanos de un modo
positivo. Lo contrario podría ser una retirada no responsable de
los EE.UU. de los escenarios prescindibles y un nuevo aislacionismo,
con una U.E. inexperta para continuar el esfuerzo sin una política
exterior común. Los asuntos que podrían aflorar en los próximos
meses son muchos y con diferentes salidas posibles, pero las
cuestiones centrales son las mismas: ¿cómo tratar la creciente
doctrina de la Â"democracia soberanaÂ" de la pareja Putin-Medvedev?,
¿cuáles serán las consecuencias de una respuesta inapropiada?,
¿cuáles serán los factores claves para conseguir establecer un
equilibrio internacional pacífico y mutuo aceptable? los riesgos
de una inestabilidad perdurable amenazan las elecciones previstas en
Ucrania en 2009 (25). El nuevo escudo antimisiles que los EE.UU. planea
construir en Europa podría inaugurar una nueva carrera armamentística
que podría no sólo involucrar a los Estados Unidos y Rusia, sino
también a China y a las nuevas potencias regionales como Irán y
Arabia Saudí (26). La proliferación nuclear en los tensos tiempos
venideros podría no ser considerada como una remota opción sino como
un pronóstico real, o, para alguien, una concreta decisión que debe
tomarse. Mientras tanto, el Cáucaso continúa siendo un polvorín,
y los dosieres de Irán y Siria se quedan en la mesa. Los riesgos de
un aplacamiento que podría llevar a una escalada rusa son más reales
de lo que algunos observadores pueden admitir públicamente. Tras la
inclusión de los países europeos del antiguo Pacto de Varsovia en
la OTAN, vemos ahora conflictos en los nuevos márgenes de la Alianza
Atlántica: el Cáucaso, los Balcanes y Ucrania. Las analogías con el
Sudety/Anschuluss checo son desconcertantes, y los argumentos son los
mismos: el derecho ruso a proteger a sus ciudadanos en Osetia del Sur
(en Serbia a sus correligionarios) que Hitler usó en 1938. No importa
si los surosetios ahora son rusos sólo por haber recibido pasaportes
rusos tras una decisión del Kremlin (27). El hecho es que el 21 de
agosto, cuando Rusia puso fin a la cooperación militar con la OTAN,
los checos estaban conmemorando el 40 aniversario de la invasión rusa
que terminó con la "Primavera de Praga", haciendo la coincidencia
más preocupante. Si no hay reacciones concretas ni apoyo concreto
internacional a la integridad de Georgia, el gobierno ruso podría
pensar que pueden repetir el exitoso plan en otros escenarios, una
y otra vez, hasta que el equilibrio cambie para siempre. Y el error
de aplacamiento es un riesgo que el mundo no puede mantener en esta
era nuclear.
El último y más desafiante asunto es sobre la economía de la
energía. Rusia está intentando usar el suministro energético a
Europa como un arma para forzar una suave reacción y controlar la
economía europea por medio del reparto de gas y petróleo. Esta
es también la consecuencia de la inactividad de la U.E. sobre una
política común de energía, siendo incluso más urgente con la
subida de los precios del petróleo. El único conducto que podría
interferir en el monopolio ruso sobre el petróleo y gas europeos
es el conducto Baku-Tbilisi-Ceyhan (BTC. Con el pequeño Baku-Supsa
uniendo la capital azerbaiyana con el puerto georgiano de Supsa),
con sus 3,9 mil millones de inversión de dólares y una capacidad
diaria de mil millones de barriles (28). Estos conductos claves pasan
por Georgia, y ambos necesitan un medio internacional que motive la
alta inversión realizada: en primer lugar una Georgia libre de ser
una marioneta del régimen ruso o la amenaza de una intervención
rusa desde una Osetia del Sur gobernada por Rusia. La permanencia
de tropas rusas cerca de Gori, o en la frontera con Osetia del Sur,
o en el puerto de Poti, es un jaque mate para el proyecto BTC de un
suministro de energía pasando por Rusia. Aún más, un control ruso
del conducto BTC podría evitar otras inversiones en infraestructuras
energéticas (por ejemplo, en Asia Central), debido al elevado riesgo
político. La cuestión georgiana es importante incluso para el control
del comercio en el Mar Negro y la presencia militar. La Convención de
Montreux de 1936 que dirige la presencia de la flota extranjera en el
Mar Negro (limitando el acceso, las toneladas e imponiendo aviso para
entrar en el Mar Negro por los países que no lo bordean) debe ser
revisada de acuerdo con las necesidades del nuevo equilibrio mundial
(29). Los Estados Unidos luchan por una libertad total de movimiento,
pero Turquía no está de acuerdo (el Bósforo no aguanta tráfico
naval infinito, y Turquía está intentando ser una potencia regional
convincente y autónoma) (30). De esta manera, el equilibrio político
internacional debe disponerse de nuevo en dirección a la realidad,
considerando los principales factores económicos y geoestratégicos,
pero teniendo en mente un nuevo programa político para configurar
el futuro. La cuestión georgiana podría ser un triste y breve
paréntesis en el paso de la Historia, o un momento dramático y
crucial para los años que están por llegar. Las decisiones tomadas
hoy influirán el nuevo equilibrio más de lo que podíamos esperar
cuando se disparó la primera bala en Osetia del Sur.
Enrico Labriola Master in Economics and Social Sciences at L.Bocconi
University, Italy - Student Projected Intern at UNDP-Azerbaijan.
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Global Affairs no es responsable de las opiniones vertidas por sus
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