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La causa Armenia y su presente

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  • La causa Armenia y su presente

    El Diario Exterior, España
    25 abril 2014

    La causa Armenia y su presente


    Desde hace un tiempo me vengo planteando la necesidad de escribir
    sobre un tema tan delicado como lo es el del Genocidio Armenio. Más
    aún, por el hecho puntual de que a casi 100 años de su aniversario,
    muchos amigos ajenos a la causa me preguntan porque todavía tocamos
    este tema que debería haber sido archivado.

    Jorge Karagozlu

    "I should like to see any power of the world destroy this race, this
    small tribe of unimportant people, whose wars have all been fought and
    lost, whose structures have crumbled, literature is unread, music is
    unheard, and prayers are no more answered. Go ahead, destroy Armenia.
    See if you can do it. Send them into the desert without bread or
    water. Burn their homes and churches. Then see if they will not laugh,
    sing and pray again. For when two of them meet anywhere in the world,
    see if they will not create a New Armenia." William Saroyan


    Para hablar del genocidio armenio es importante hacer una suerte de
    síntesis que permita entender lo sucedido. Armenia es un país
    independiente desde la caída de la URSS. Sin embargo fue el primer
    reino que adoptó el cristianismo como religión oficial en el año 301
    después de Cristo. Fue un Reino independiente hasta que el Imperio
    Otomano lo invade. A partir de ahí los armenios fueron sometidos al
    yugo turco, que tratándolos como ciudadanos de segunda, limitaron sus
    derechos en todos los sentidos. A tal punto que se podía probar el
    filo del sable en la cabeza del "kiavur" (infiel) sin ser penalizados
    por la ley.

    A fines del siglo XIX, el último sultán del imperio previo a su
    transformación a república, se encargó de matar a más de 300,000
    armenios en Adana. Abdul Hamid II sería luego desplazado por el
    Comité de Unión y Progreso, también conocidos como jóvenes turcos.
    Talaat Pasha era el Ministro del Interior y líder de este espacio, que
    haciéndole creer a los armenios de que sus vidas mejorarían a partir
    del apoyo brindado a estos, fue quien ejecutó la orden de dar comienzo
    al primer genocidio del siglo XX. De casi 3 millones de súbditos
    armenios, un millón y medio fueron asesinados de las formas más viles
    que uno se pueda imaginar. Todo armenio que hoy vive en la diáspora
    sufrió la muerte de algún antepasado en este crimen de lesa humanidad.

    A partir de esta cuestión, Mustafá Kemal Ataturk, juzgaría en ausencia
    a los tres líderes del C.U.P. que idearon el genocidio. Pero fue el
    quien también se encargó de terminar con lo comenzado por los jóvenes
    turcos. Y hacía 1923, con el nacimiento de la República de Turquía,
    ya casi no quedaban armenios en suelo turco.

    A lo largo de estos casi 100 años, la única respuesta del gobierno
    turco fue de negar lo acontecido. Hasta el mismo genocida Adolf
    Hitler hizo alusión a sus generales previo a invadir Polonia de que
    nadie hablaba de la causa armenia para hacer ver el grado de
    impunidad. Por lo tanto, como puedo yo, descendiente de armenios,
    quedarme callado frente a tremenda injusticia?

    ¿Cómo es posible que se me pida que deje este asunto en el pasado? Yo
    sigo viviendo mi vida, como argentino y como armenio, pues fue la
    Argentina la que adoptó a mi familia y nos permitió desarrollarnos.
    Pero no me puedo olvidar de los derechos que se le quitó a mi pueblo.
    De cómo se violaron los derechos de una forma irreproducible y de cómo
    al día de hoy se insiste en negar que ese Genocidio tuvo lugar. Los
    presidentes de los EEUU han hecho falsas promesas de que dirían el
    termino genocidio, aunque cuando ya ganaban las elecciones romperían
    su palabra para no ofender a su aliado. Lo mismo pasa con el pueblo
    israelí, que sufrió el mismo destino que el del pueblo armenio. Y sin
    embargo no quieren hacer enojar a su aliado.

    Por lo tanto, mi voz no será callada. Todos los días son 24 de abril.
    Todos los días vivimos pensando en que más se puede hacer. Pero por
    sobre todo, pensando en que hay un millón y medio de mártires, cuya
    memoria hay que honrar, y es por ese motivo que no me permito desistir
    hasta que se haga justicia.

    http://www.eldiarioexterior.com/la-causa-armenia-y-su-43717.htm

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