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Armenia: el primer genocidio del siglo XX

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  • Armenia: el primer genocidio del siglo XX

    Entorno Inteligente, VENEZUELA
    5 abril 2015

    Armenia: el primer genocidio del siglo XX


    La Razon / Quién habla hoy aún del exterminio de los armenios?" La
    frase de Hitler, pronunciada el 22 de agosto de 1939, aludía a la
    inminente campaña de Polonia y anunciaba la dimensión genocida de su
    política de guerra, culminada con la Shoah. Años atrás, la matanza de
    los armenios había herido la sensibilidad de un joven judeopolaco,
    Rafael Lemkin, quien en lo sucesivo decidió emplear todos sus
    esfuerzos para crear una normativa internacional dirigida a impedir la
    repetición de tales crímenes, más aún tras subir Hitler al poder. No
    lo consiguió y ello supuso que en Núremberg los crímenes nazis fueran
    condenados desde la inseguridad de normas establecidas ex post facto.
    Y a pesar de que Lemkin obtuvo una sanción internacional por el
    genocidio armenio, tampoco ese logro personal significó la puesta en
    marcha de una jurisdicción universal efectiva para su castigo, salvo
    en casos de debilidad del Estado culpable (Ruanda, Serbia).

    La tragedia armenia de 1915 responde puntualmente a la definición del
    genocidio por Lemkin. Fue la puesta en práctica de un conjunto de
    acciones criminales con el propósito, logrado, de destruir un pueblo,
    a partir de un plan preconcebido desde supuestos ideológicos racistas
    y con medidas complementarias del aniquilamiento físico, tales como
    una expropiación generalizada. El procedimiento empleado consistió en
    conjugar la eliminación sistemática de la población masculina con una
    deportación masiva de ancianos, mujeres y niños, obligados a recorrer
    a pie cientos de kilómetros, en verano y en el secarral anatolio, sin
    apenas recursos y sometidos a las agresiones de paramilitares, bandas
    kurdas y de los propios guardianes, para acabar en campos de
    concentración (Alepo) o de exterminio (Deir-es-Zor). El balance más
    aceptado habla de 1,2 millones de muertos, sobre una población previa
    superior a 2 millones. Al término de la Primera Guerra Mundial, con el
    Imperio otomano derrotado, las autoridades turcas hacían una
    estimación de 800.000 víctimas. Mustafá Kemal admitió la cifra y
    condenó"el exterminio de los armenios"

    La determinación del genocidio correspondió al Gobierno nacionalista
    de los jóvenes turcos, quienes, en la revolución constitucionalista de
    1908, parecieron compartir la idea de una ciudadanía igualitaria con
    las minorías étnico-religiosas (griegos, armenios, judíos). Hasta
    entonces, éstas convivían bajo la autocracia del sultán en una
    situación de pluralismo subordinado. Subordinado porque, del mismo
    modo que existía la superioridad del estamento militar (askari) sobre
    la masa civil (reaya, literalmente"el rebaño?), en el plano jurídico
    la población musulmana (turca) prevalecía sobre las minorías,
    calificadas peyorativamente hasta hoy como yaurs, infieles.

    La tolerancia otomana tenía además la contrapartida de que cualquier
    disidencia frente a su dominación desencadenaba una acción punitiva
    implacable. Las insurrecciones nacionalistas del siglo XIX en los
    Balcanes fueron ocasión de comprobarlo, y generaron de paso una
    creciente desconfianza frente a los armenios, cuyo núcleo principal de
    asentamiento, al margen de Constantinopla, se encontraba aislado en
    Anatolia oriental. De ahí que cuando el Congreso de Berlín, por el
    artículo 61, conminó al sultán Abdulhamid II a otorgar reformas a los
    armenios y protegerles de kurdos y circasianos, el resultado acabó
    siendo el contrario. Allí donde se esperaban reformas, lo que hubo en
    1894-1896 fueron matanzas con decenas de miles de víctimas, repetidas
    en 1909.Además el proyecto de modernización política de los jóvenes
    turcos pronto rechazó el pluralismo, para imponer, desde un
    nacionalismo militarista, una sociedad turca racial y culturalmente
    homogénea. Turquismo e islamismo eran los dos pilares en la concepción
    del ideólogo del movimiento, Ziya Gökalp, autor citado por Erdogan.
    Las minorías habían de aceptar la superioridad del hombre turco. Caso
    contrario, la"nación dominante? se liberaría de"elementos cuya
    deslealtad era evidente?, protegiéndose así de"los pueblos
    extranjeros? habitantes del Imperio. El principio de la política
    genocida quedaba asentado. Únicamente faltaba que la derrota otomana
    por los Estados balcánicos en la guerra de 1912-1913 provocase un
    éxodo de musulmanes a Anatolia y la consiguiente frustración del
    vértice militar joven turco, para que el odio al yaur se tradujese en
    voluntad de aniquilamiento. Así fue como sus líderes, Enver Pachá y
    Talt Pachá, en el Gobierno tras la derrota y fieles a la ideología
    racista, vieron en la entrada del Imperio en la gran guerra la
    oportunidad para su ejecución.

    Tras"largas y serias deliberaciones? (Talt) la dirección joven-turca,
    el Comité de Unión y Progreso (CUP), resolvió ejecutar el genocidio
    definitivamente en marzo de 1915. La noche del 24 de abril siguió la
    detención de cientos de notables armenios en Constantinopla"de 200 a
    650?, quienes fueron deportados o asesinados. La única mujer en la
    lista, la escritora Zabel Yesayan, logró huir; murió en 1940 en el
    Gulag. La comunidad quedaba descabezada. El 27 de mayo, por iniciativa
    de Talt, ministro del Interior, el Gobierno decide la deportación
    general para los armenios en Anatolia oriental. Pero el proceso se
    inicia mucho antes, en enero-febrero de 1914, cuando Enver Pachá,
    ministro de la guerra, crea la Organización Especial (OE), formación
    paramilitar antiseparatista. Los griegos serían sus primeros blancos.
    En agosto de 1914, el CUP activa la OE para ocuparse de"las personas a
    eliminar en la patria?, cometido que queda verosímilmente perfilado
    para los armenios en objetivos y procedimientos desde diciembre, con
    Talt y el responsable de la OE, Bahettin Shakir, al frente. A partir
    de fines de 1914 se suceden hechos precursores de un aniquilamiento
    masivo en el marco de las deportaciones, del cual han quedado
    abrumadores testimonios de misioneros y cónsules neutrales, incluso de
    los aliados alemanes. Talt Pachá se lo explicó al embajador
    norteamericano Henry Morgenthau:"Hemos liquidado ya la situación de
    las tres cuartas partes de los armenios?;"No queremos ver armenios en
    Anatolia; pueden vivir en el desierto, pero no en otra parte"

    El 24 de mayo de 1915, Inglaterra, Francia y Rusia habían anunciado al
    Gobierno otomano su propósito de castigar los crímenes
    cometidos"contra la humanidad y la civilización" Llegó la hora con la
    derrota otomana. Como consecuencia, tras el armisticio de octubre de
    1918, los aliados se propusieron establecer un tribunal internacional
    para dichos crímenes, ahora incrementados en número exponencialmente,
    pero los desacuerdos en composición y base jurídica, anuncio de lo que
    ocurrirá en Núremberg, anularon el intento. Tocó a la Justicia otomana
    reconocer el carácter criminal de las matanzas, su terrible volumen, y
    castigar a los culpables. Ya huidos, fueron condenados a muerte en
    ausencia Enver, Talt, Çemal y Nazim Bey, y ejecutado un responsable
    local, el llamado"verdugo de Yozgat" Poca cosa, compensada por una
    importante documentación probatoria, hoy en la Library of Congress.
    Más tarde no faltó el epílogo de los miles de griegos y armenios
    asesinados y deportados tras la ocupación de la yaur Esmirna, en
    septiembre de 1922, una vez vencida la invasión griega. Kemal fue aquí
    testigo pasivo.

    Dos destacados intelectuales, el novelista Orhan Pamuk y el periodista
    turco-armenio Hrant Dink, se preguntaban hace una década por la
    inexplicable negativa de la Turquía democrática a reconocer el
    exterminio armenio. Admitirlo en 1920 hubiese sido suicida, puesto que
    equivalía a legitimar la desmembración de Turquía, pero esa razón no
    era válida un siglo más tarde. ¿Por qué identificarse con los crímenes
    de unos antepasados, que además no fueron todos los antepasados, ya
    que la primera condena de las matanzas y de sus culpables corrió a
    cargo de consejos de guerra otomanos, e incluso Mustafá Kemal la
    refrendó en octubre de 1919 al exigir la exclusión"de los unionistas y
    personas que se mancharon con los actos depravados de la deportación y
    de la matanza?" Pero Dink fue asesinado en 2007, y Pamuk sufrió
    acusaciones y una durísima campaña como enemigo de"la dignidad de la
    nación" Sus ideas, no obstante, avanzaron. El alcalde de Kars, hoy
    turca, antes armenia, levantó una"estatua de la humanidad? por la
    reconciliación de ambas naciones. Erdogan impulsó su demolición, y
    ahora remite el tema a unos archivos depurados desde 1918.



    Con Información de La Razon

    http://www.entornointeligente.com/articulo/5528203/Armenia-el-primer-genocidio-del-siglo-XX

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