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La Necesidad De Recordar El Genocidio Armenio

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    LA NECESIDAD DE RECORDAR EL GENOCIDIO ARMENIO

    La Tribuna del País Vasco, España
    6 abril 2015

    Un 24 de Abril de 1915, en Estambul, la vieja Constantinopla
    grecobizantina, daba comienzo la gran carnicería, un intento de
    aniquilacion total, el primer genocidio planificado, sistematico,
    del siglo XX.

    Se inicio con absoluta precision, comenzando por la elite sociocultural
    y religiosa y, una vez descabezada esta, se encarnizo con la totalidad
    del pueblo de la Armenia occidental. La comunidad armenia en el Imperio
    Otomano ya había sufrido otras persecuciones previas y preparatorias
    para su Holocausto. Una comunidad cuya cultura milenaria hunde sus
    raíces en un espacio geografico reducido en la actualidad a su mínima
    expresion. Porque al genocidio físico debemos sumar el genocidio
    cultural como consecuencia de que el 90% de esta comunidad, la Armenia
    historica, ademas de la Cilicia, se ubicaba dentro los límites de la
    Sublime Puerta y actualmente en la heredera de aquella, Turquía.

    El genocidio iniciado en la primavera de hace un siglo fue tambien,
    como no podía ser de otra manera, un crimen contra el Patrimonio
    cultural de la Humanidad, amen de la expropiacion, del robo de
    haciendas a gran escala. La cuestion armenia sigue siendo pues,
    una cuestion actual, una herida abierta por la que brota la sangre
    de un pueblo y que no cicatrizara hasta su reconocimiento final. Una
    cicatrizacion que no debe ni puede significar olvido. Todos sabemos que
    ocurre a los pueblos, a las naciones y a los ciudadanos cuando intentan
    sentar bases solidas sobre el fango del silencio, del negacionismo,
    de la distorsion interesada de la realidad. La antorcha de la causa
    armenia es la llama de todos aquellos que defienden, por fea que
    sea, la verdad. Y sobre esta, la justicia, cimientos sobre los que
    fundamentar una sociedad de ciudadanos libres.

    Este genocidio nacional-cultural sego las vidas de mas de millon y
    medio de armenios en las condiciones mas espeluznantes que imaginarse
    puedan. A falta de la industrial maquina de muerte nazi, el exterminio
    sufrido por los armenios- y no podemos olvidar a sus desgraciados
    compañeros de calvario como asirios, caldeos, helenos ponticos y
    sirios-, tuvo esa impronta de piedra, fuego y sable a traves de los
    desiertos sirios donde muerte, violacion y hambre conformaron la
    tríada dantesca que caracterizo la masacre de cientos de miles de
    inocentes a manos de los otomanos. No es la primera, ni penosamente
    sera la última vez que escribo sobre este demencial suceso historico.

    Y no me extendere mas sobre los relatos al alcance de cualquiera
    que quiera conocer esta verdad, esta injusticia nauseabunda cuya
    sola mencion todavía esta penada en Turquía. La columna de hoy quiere
    sumarse al recordatorio que en todos los rincones del mundo civilizado
    se realiza en un día de luto para Armenia. Un recuerdo vívido en
    el que para su difusion, lucha y reconocimiento, la Diaspora jugo,
    juega un papel de primer orden. No en vano, es una comunidad mucho mas
    numerosa que la que mora en el pequeño Estado de la Transcaucasia. Y
    todos con el Ararat en la retina.

    Recordamos pues un día de luto para la Humanidad. Un día negro que
    los armenios, tanto del país transcaucasico como de la Diaspora,
    que rememoran con dolor y oraciones. Unas oraciones que practican
    hasta quienes no son cristianos, ni siquiera creyentes, en honor
    a unos antepasados que no descansan en paz. Porque nunca o pocas
    veces, una religion fue a la vez bendicion y cruz de un pueblo, un
    pueblo que es el epítome oriental de lo que antaño se conocía como
    Cristiandad. Una nacion cuya situacion en el mapa de la geoestrategia
    sigue condicionando su fortuna. Desde la declaracion conjunta de
    Francia, Rusia y Gran Bretaña el 24 de Mayo de 1915, un rosario de
    cuentas insuficientes jalonan el calendario de reconocimientos. Un
    reconocimiento entre los que no figura la firma española.

    http://latribunadelpaisvasco.com/not/2720/la-necesidad-de-recordar-el-genocidio-armenio




    From: A. Papazian
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