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Cronicas Menores De Una Tragedia Mayor: 1988: Pogromo Antiarmenio De

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  • Cronicas Menores De Una Tragedia Mayor: 1988: Pogromo Antiarmenio De

    CRONICAS MENORES DE UNA TRAGEDIA MAYOR: 1988: POGROMO ANTIARMENIO DE SUMGAIT.

    Diario Armenia
    25 feb 2015

    Buenos Aires (Diario ARMENIA).- Cuando ocurrieron los hechos, Lola
    tenía veintisiete años y vivía en el segundo piso, departamento 10, de
    un monoblock de la cuadra Nº 45. Ese día había ido a hacer las compras,
    como siempre, al almacen del barrio. En el camino, le llamo la atencion
    que no estuviera la patrulla policial que habitualmente se encontraba
    estacionada frente a la oficina de correos. Sin referirle nada al
    dueño del almacen, compro algunas verduras y pescado para preparar
    la cena. Estaba embarazada de 6 meses y aún no lograba ponerse de
    acuerdo con su pareja acerca del nombre que el niño o niña tendría.

    Muy cerca, a tan solo media hora de viaje en coche, Yersilya se había
    despertado muy temprano para ir al mercado, como todos los días,
    a abrir el puesto de ropa usada. El comercio tenía un giro reducido,
    y eran mas frecuentes los trueques que las ventas genuinas. Tenía 86
    años y había nacido en una region montañosa a cientos de kilometros
    de su ciudad, pero sus padres, a causa de la falta de trabajo, cuando
    ella era apenas una niña, habían debido buscar mejor suerte en la
    capital portuaria.

    Ese día, el 29 de febrero de 1988, Lola fue víctima de un crimen
    brutal.

    Un grupo de personas entro por la fuerza a su departamento y la
    arrastro a la calle. Allí la esperaba una multitud, en la que reconocio
    a mas de un vecino, y un hombre, que la había golpeado sin parar
    mientras bajaban la escalera, le ordeno que se desvistiera. Como se
    nego, el hombre la golpeo todavía mas fuerte. Despues, la desvistio
    el mismo usando un cuchillo y, entre tanto corte de ropa, algunos
    puntazos lastimaron su piel.

    Una vez desnuda la obligo a bailar. Nuevamente se nego, pero las
    quemaduras con cigarrillos la persuadieron de improvisar algunos pasos
    de baile. La humillacion era atroz, y la multitud que la insultaba
    a los gritos hacía que todo fuera peor.

    Entre los espectadores pudo ver al almacenero, ese mismo que mas
    temprano le había vendido las verduras y el pescado. Gritaba y lo
    hacía de manera tan salvaje que la saliva brotaba a chorros de su boca.

    En ese momento, y ya con la sangre nublando su vista, se pregunto si
    acaso no estaba soñando, o si acaso alguien no había cometido un error
    y la había apuntado como responsable de alguna crueldad imposible de
    ser tolerada por los vecinos del barrio.

    Yersilya corrio igual suerte que Lola, pero ni una ni otra lo
    supieron. Ambas murieron ese día.

    Si se continuara el hilo de la idea que había venido a la mente de
    Lola cuando fue atacada por la multitud, podría pensarse que tenían
    en común su apellido y que la pena del crimen cometido por una podía
    ser extendida a la otra.

    Pero, a decir verdad, ninguna de las dos había cometido delito alguno.

    Tampoco eran familia: el apellido de Lola era Avagyan y el de Yersilya,
    Movsesova.

    Entender estos dos asesinatos no es tarea sencilla. Quizas un poco
    de contexto nos ayude.

    Lola vivía en Sumgait, una ciudad satelite de Bakú, la capital de
    Azerbaidjan. En ese momento, era una república sovietica. En Bakú
    vivía Yersilya, y en el año 1988 la Union Sovietica se enfrentaba a
    sus últimos días.

    Junto con la Union Sovietica tambien caían las fronteras que la
    habían definido y el Caucaso no fue una excepcion. En un país vecino,
    Armenia, tambien sovietico, la gente se volcaba de a cientos de
    miles en las calles de Erevan, su capital, a pedir la devolucion de
    "nuestras tierras".

    Curiosamente, las tierras que los armenios reclamaban en Erevan
    formaban parte de esa region montañosa en las que había nacido
    Yersilya: Nagorno Karabagh.

    Las autoridades de Azerbaidjan, antes y despues de la caída de la Union
    Sovietica, no creyeron que el reclamo de los armenios de Erevan y,
    luego, el de su Gobierno, fuera legítimo.

    Seguramente existían muchos medios pacíficos para resolver la cuestion
    planteada, es decir, muchas maneras de determinar si los territorios
    mayoritariamente habitados por armenios desde hacía siglos debían
    continuar o no, siendo administrados por Azerbaidjan. Despues de todo,
    ambas Repúblicas habían cohabitado bajo la misma ley durante mas de
    setenta años.

    Sin embargo, al medio que utilizaron las autoridades azeríes no solo
    le falto caracter pacífico, sino tambien originalidad: ya que los
    armenios de aquí y de alla planteaban un problema, la mejor manera
    de resolver el problema era terminar con quienes lo formulaban.

    Algo así había ocurrido en 1915 cuando, al otro lado del Caucaso, en
    Anatolia, las autoridades turcas decidieron enviar al desierto a los
    armenios del Imperio Otomano. Algo así ocurre hoy en Siria. Entonces,
    y ahora sí, podemos comenzar a entender que paso esa mañana de febrero
    de 1988.

    Lola, la joven, y Yersilya, la vieja, no compartían ni crímenes ni
    familia, pero sí compartían su identidad: eran armenias, al igual
    que otros trescientos cincuenta mil ciudadanos de origen armenio
    de Azerbaidjan.

    Ambas vivían en la diaspora, es decir, ambas vivían fuera de las
    fronteras de Armenia. Sin embargo, todos en Sumgait y en Bakú sabían
    que eran armenias: lo sabían sus vecinos, tambien lo sabían las
    autoridades.

    No sabemos si esa mañana Lola fue a comprar verduras y pescado, o si
    su almacenero estaba o no entre la multitud que la ataco. Desconocemos
    si la patrulla policial se detenía frente a la oficina de correos.

    Peor aún, nadie sabe si había una oficina de correos de camino al
    almacen. No sabemos, tampoco, si Yersilya vendía ropa en el mercado
    o si hacía trueques por lo que necesitaba.

    Ahora, lo que sí sabemos es que ambas vivían en esas ciudades, en
    esas direcciones, y que esa mañana no había en ningún sitio policía
    que las protegiera.

    Sí sabemos que no fue casual que en Sumgait, en Bakú, en Kirovabad,
    en Marduní, por nombrar solo algunos sitios, cientos de azeríes se
    lanzaron a las calles, sin nadie que los detuviera, a asesinar a los
    armenios que vivían en Azerbaidjan.

    Sí sabemos que cientos de miles de armenios huyeron de Azerbaidjan
    y sabemos que debieron buscar refugio en Armenia, en Rusia, y en
    otros países.

    Sí sabemos que en Nagorno Karabagh fuerzas paramilitares entraron a
    poblados a buscar armenios previamente marcados y que los mataron
    de a cientos, y que estos, en respuesta, comenzaron a organizar
    autodefensas armadas.

    Sí sabemos que hubo guerra y que fue heroica la lucha de los fedaí.

    Sí sabemos que en 1994 se firmo un alto al fuego y que, pese a ello,
    la paz no fue alcanzada.

    Sí sabemos que los armenios de Azerbaidjan no regresaron a sus hogares
    en Sumgait, Bakú, Kirovabad, y que lo perdieron todo.

    Por eso, y dado que esta no fue la primera vez que los armenios
    enfrentaron una campaña de limpieza etnica -el antecedente del
    Genocidio contra el Pueblo Armenio cometido por el Estado Turco
    entre 1915-1923-, nos permitimos escribir de este modo estas líneas,
    donde la ficcion comporta tan solo una manera de narrar lo que los
    documentos han demostrado sobradamente.

    Sin embargo, y para que no se acuse a esta pluma de exagerar prolijos y
    circunstanciados relatos documentales, valga a continuacion transcribir
    el documento que ha servido de base a esta ficcion, que ya sabemos
    por que es superada.

    "El 29 de febrero de 1998, atacaron el departamento de Lola Avagyan,
    la desvistieron y la llevaron a la calle. La multitud salvaje y
    adoctrinada la obligo a danzar, la cortaron con cuchillos, le mutilaron
    su pecho, le quemaron el cuerpo con cigarrillo y la violaron. Su padre,
    Pavel Manvelyan, dijo que había estado en tres morgues: en Sumgait,
    en Bakú y en Mardakyans, donde finalmente encontro el cuerpo de su
    hija. Era el número 71 entre los cadaveres.

    Pavel Manvelyan declaro en Moscú y firmo su declaracion. Ha visto mas
    de 100 cuerpos apilados en tres morgues. L. Avagyan estaba embarazada
    de seis meses". (Ver imagen superior) *

    "Yersilya Movsesova, nacida en 1902 en la region de Marduní de Nagorno
    Karabagh, vivía en Bakú. La asesinaron en Sumgait, 3 Micro District,
    6/2A, apt 18. "Hemorragia cerebral, fractura de los huesos craneanos,
    múltiples fracturas de costilla, traumatismos en la cabeza y cuerpo".

    Se registraron otros 31 heridos de cuchillos".*

    Por eso, sabiendo todo lo que sabemos, nos preguntamos si no ha llegado
    la hora de que los miembros de nuestra comunidad y de la sociedad en
    general que marchan a la Embajada de la República de Turquía, tambien
    participen de la marcha que anualmente se realiza a la Embajada de
    la República de Azerbaidjan.

    Seguramente esa suma fortalecera las voces de quienes recuerdan a
    los que murieron en la campaña de limpieza etnica y en la guerra de
    Nagorno Karabagh, de quienes reclaman el fin del discurso armenofobo
    de las autoridades azerbaijanas y de quienes exigen la paz y el
    reconocimiento de la República de Nagorno Karabagh, para desenmascarar
    a quienes equivocadamente piensan que aún es posible poner fin a la
    cuestion armenia eliminando al sujeto portador del reclamo.

    Comite Aram Manukian de la FRA-Tashnagtsutiún

    * Against Xenophobia and Violence, NGO, "The Sumgait Syndrome. Anatomy
    of Racism in Azerbaijan",

    Erevan, República de Armenia, 2012.

    http://www.diarioarmenia.org.ar/1988-pogromo-antiarmenio-de-sumgait-cronicas-menores-de-otra-tragedia-mayor/




    From: A. Papazian
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